“Todos tienen talentos que deben

 ponerlos al servicio de Dios”

Recordó el Arzobispo a Seminaristas en ceremonia de “Imposición de Albas y Sotanas”

El Arzobispo de Trujillo, Mons. Miguel Cabrejos Vidarte OFM, recordó a los jóvenes seminaristas que sus talentos deben ponerlos al servicio del Señor para encontrar con ello la auténtica felicidad.

Fue durante la Misa de Fiesta de Santo Toribio de Mogrovejo, patrono de la Arquidiócesis de Trujillo, en donde el prelado trujillano entregó las albas y sotanas a 14 jóvenes estudiantes que se preparan en el Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo de Moche.

Ambas vestimentas litúrgicas fueron entregadas a cada uno de los jóvenes,  ocho que empiezan (recibieron albas) y seis (recibieron sotanas), que están avanzando y que inician sus estudios de Teología.

Los seminaristas que recibieron las primeras vestimentas litúrgicas de manos del prelado trujillano responden a los nombres de Simón Benítez, Albiter Cubas, Benjamín de Jesús Gallegos, Ardalín Marina, Clover Pérez, Pedro Quezada, Ricardo Romayena y Luis Valle.

En tanto, los que recibieron sotanas son Jhon Buitrago, Jhon Zapata, Alexander Gamarra, César Ayala, Antón Vásquez y Héctor Maguiña Julca.

Rito

Para la imposición de albas y sotanas, los seminaristas acudieron al llamado del monitor hacia el altar para el rito de la Imposición. En el acto, Mons. Miguel Cabrejos entabló un breve diálogo con todos ellos para confirmar públicamente su deseo de recibir esta vestidura litúrgica.

Finalmente, el celebrante hizo la oración de bendición de las vestimentas, para proceder a la entrega y bendición de ellas sobre los emocionados estudiantes que acababan de recibir y revestirse con el traje litúrgico. Todos ellos se encontraron muy emocionados acompañados de sus padrinos, familiares y amigos.

“Me siento muy feliz con mi sotana porque ahora expresaré con mayor seriedad mi amor a Dios dentro de mi corazón. Esta vestimenta es un símbolo de mi participación cada vez mayor en la misión a la que el Señor me llamó”, expresó el seminarista César Ayala en medio del saludo de sus familiares.